martes, 1 de noviembre de 2011

Lo que se predica se aplica...



La palabra homilética viene del griego; homiletikos significa reunión, conservación y un género literario por el que se explica familiarmente una doctrina. En efecto, homiletikos es la forma adjetival de homi que se encuentra en el verbo homileo y en los sustantivos homilos y homilia. Homileo y homilía significan «conversar» y «conversación».(1) esta aclaración fundamental de lo que es la homilía nos introduce a un mundo místico en el cual muchos de los elementos vividos de la fe cristiana y la conversión de fieles  permite ver lo fundamental que es trasmitir la palabra de Dios en un lenguaje de amor y de corrección fraternal. La historia de ella misma es de procesos muy curiosos pues sus inicios no fueron fundados en la palabra de Dios sino en filósofos del siglo III aplicaban la explicación de un texto, luego esto método paso a las sinagogas de una forma distinta que era la  explicación de lecturas del A.T, en donde la presencia del mesías Cristo da su homilía iluminado por el Espíritu santo, trascendiendo  a los padres de la iglesia los cuales le dieron un significado fundamental.
 Este elemento histórico del género “conversar” permitirá entender los sucesos del presente referente a la predicación de la palabra de Dios, esto es  punto de referencia pues la homilía es corrección fraterna, conversación, exhortación y temas de fe. Es así como la predicación debe ser tomado como algo serio y de mucho cuidado,  es de gran valor puesto que los fieles van con gran entusiasmo a recibir la palabra de Dios con su respectiva reflexión y es de mal gusto ver como en ocasiones muchas situaciones referentes a la homilía  no son tomadas con seriedad, porque muchos sacerdotes cual sea su grado no preparan este gran anuncio de la fe y moral. Tan altos inconvenientes producen que cree una interpelación ¿lo predicado por el sacerdote si es aplicado en su vida?
Muchos tratan de cauterizar su conciencia relatando la frece más común “has lo que digo mas no lo que hago” forma de evadir la realidad de una elocuencia no vivida, como dice Raniero cantalamessa  “predicar es como tirar rocas grandes de un edificio hacia el suelo y aplicar es subir esas grandes roca a la sima de esa torre”  siendo el ministro un “alter cristus” debe ser consciente de lo que pronuncia su boca porque es escuchado con el corazón en plenitud,  los fieles son como un ciego perdido, buscando esa vos de aliento que los guie a la verdad y su meta. Por eso es real que representante de Cristo en la tierra tiene que tomar conciencia y hacer lo posible  para que lo que su boca dice con gran entusiasmo su corazón lo represente con santidad                

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